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el periodico de saltillo
Agosto 2016
Edición No. 330


De hecho

Se forja ya el arsenal político que luchará la sucesión presidencial

Adolfo Olmedo Muñoz.

Manlio Fabio Beltrones Blande Una Nueva Bandera de cambio

Mientras en el mediocre contexto sociocul- tural de las televisoras más influyentes en nuestro país, como en un teatro guiñol, sacan a trasmano sus mejores marionetas, para tratar de impactar al público con sensibleras historias melodramáticas de ídolos, que en el caso concreto, se trata de dos “cantautores”: Joan Sebastian por el lado de Televisa y el “Divo” de Juárez, Juan Gabriel en TV Azteca, en pos de una mayor audiencia y tratar de restañar su desprestigio como medios de comunicación, sin credibilidad, sin la confianza por parte del pueblo, al no tratar a fondo los temas de verdadero interés nacional, como el nefando terrorismo que, dígase lo que se diga, ha estado solapado por el gobierno federal en comisión por omisión. Aunque a veces parece que es llevado “con la mano del gato”.

La fantasía ha terminado por obnubilar el de por si escaso interés de la sociedad por estudiar los fenómenos que le atañen y que en corto o largo plazo le son adversos la más de las veces, y solo es así, cuando el cáncer se muestra a flor de piel, es que se “interesan” y gritan.
Desgraciadamente su primer impulso es en contra de toda autoridad, creando un clima de anarquismo o sorda resistencia social, o lo peor, una capitulación ante la impunidad, en lugar de ejercer acciones en contra de los que ostentan el ejercicio de la autoridad.

Hoy más que nunca es evidente la falta de profesionalismo, de valores morales y de valores intelectuales, entre los miembros de la clase política, lo que los hace, cada vez más fácil presa de bandoleros, anarquistas y abyectos vividores de un aparato gubernamental integrado de cobardes e ineficientes miembros de camarillas políticas.

El caso es más que evidente, luego del “pacto” obtenido por parte de la escoria de la CNTE, arrebatado a la pusilánime autoridad, representada por lo que debiera ser una fuerte secretaría de estado, pero que hoy en manos de Miguel Ángel Osorio Chong es una vil caricatura. ¿Cómo puede el Secretario de Gobernación decir que en este régimen se combate a la impunidad, si ostensiblemente la solapa?

Ha sido un claro signo en la historia política de nuestro país, que los presidentes o en su caso (antiguo) los dirigentes, a medida que ejercen el poder, lo van gastando y se van envileciendo, corrompiendo, desgastando, pero al mismo tiempo, como un mecanismo de defensa, se van endureciendo a la hora de tomar decisiones, aunque cada vez sean más imprudentes, traicioneras, cobardes o por “caprichitos”.

Sin embargo, la historia nos aclara también que los hechos alcanzan más pronto que tarde a los erráticos políticos que son obligados a pagar, aunque sea por la sanción del desprecio, el repudio popular y el destierro o muerte civil, a esos políticos que un día creyeron tener el mundo a sus pies.

La arrogancia de Enrique Peña Nieto y su medroso cuidado de no proyectar una “mala imagen” en el extranjero y si de un país “estable” económicamente hablando, propició el avance de corrientes de bandoleros, aventureros enquistados en un sistema corrupto que finalmente están provocando su muerte.

El precio de sus aberraciones tendrá que pagarlo en un plazo no mayor de dos años, cuando enfrente su reemplazo, cuando EPN se percate de que pasará a la historia como un Presidente joven (que en México todavía se considera como sinónimo de “pendejo”); con entusiasmo propio y buenas intenciones tal vez, pero con serias deficiencias para el ejercicio del poder político y social. Ahí se lo están comiendo los coyotes, los chacales, las hienas y una que otra “arpía”, de fuera, y lo peor aun, de dentro de su partido.

A últimas fechas se ha manoseado el nombre y la figura política de Manlio Fabio Beltrones, como cabeza de un grupo de hombres contrarios al Presidente. Se ha especulado incluso en la posibilidad de crear, lo que eufemísticamente denominan una nueva corriente democratizadora dentro de las filas de PRI.

Esto es, una nueva escisión parecida a la que provocó la creación del PRD encabezados por Cuauhtémoc Cárdenas, quien iba asistido y a veces asesorado por Porfirio Muñoz Ledo y varios otros de similar talento ideológico-político. La mayoría perdidos luego en el “bosque” de una disidencia huera, que les acarreó más descrédito que oportunidades de superación política.

Pero es evidente que Beltrones no es como Cuauhtemoc Cárdenas. A diferencia del impulso aquel de Cárdenas, por considerar preeminente- mente la jerarquía histórica de su padre; Manlio Fabio no tiene ese estigma, por el contrario, ha probado ya su disciplina ideológica a institucional, cuando contendió y perdió en la elección interna de su partido por la Presidencia de la República, precisamente ante Peña Nieto.

Como un buen luchador político, que lo es, supo replegarse y replantear su esfuerzo por la lucha por el poder, en el ejercicio de otros cargos, de los cuales sólo el del liderazgo del PRI le fue adverso. Pero no por ineficiencias de su parte o su equipo cercano, sino de la intervención de otras fuerzas, más cercanas al presidente y “contendien- tes irreconciliables aun” del Beltrones con el que lucharon la candidatura presidencial, y que lejos de ayudar en el proceso de la pasada jornada electoral del 5 de julio, se empecinaron en apoyar proyectos a toda luz fallidos.

Uno de esos “contrarios” políticos es, precisamente, el inepto Miguel Ángel Osorio Chong, de quien me siento obligado a mencionar mi percepción, que es de un hombre de buena intención, sobrevalorado y carente de mucho conocimiento de la realidad histórica de la política mexicana. Quizá un ingenuo pretendiente de la conciliación “bondadosa” para ambas partes en un conflicto o quizá tan solo un perrito ovejero al servicio del “dueño del rebaño”.

De cualquier manera, se trata de un perso- naje que ha permitido, no solamente una pérdida de tiempo irremplazable, pues el daño social, político, económico e incluso cultural (hoy, pocos extranjeros y connacionales piensan en acudir a cualquier rincón cultural de Chiapas, Oaxaca, Gue- rrero y anexas); el hombre de marras, deja como secuela, una generación perdida. Ni los alumnos de Oaxaca y otras entidades, ni los niños ni los jóvenes, ni las familias enteras en esas poblaciones podrán rescatar todo lo que han perdido, por la falta de determinación en el uso del poder de un Estado legítimamente constituido para la defensa de los derechos de los ciudadanos, no de los antisociales.

En una lógica simple de la razón política, era evidente (por lo menos cuando había buenos políticos) que el “ministerio del interior”, la Secretaría de Gobernación en nuestro caso, fuera árbitro y el fiel de la balanza en la lucha de las fuerzas políticas que buscan el poder presidencial.

Ante la evidente derrota del secretario de Gobernación frente a la barahúnda que ha provocado tanto daño la CNTE (y sus correligiona- rios delincuentes del fuero común), su capacidad de manejo de la fase electoral para el 2018, no sólo se puede poner en duda, es claro que no estaría a la altura de un proceso como el que viene.

Beltrones no quiere escindir al partido, el PRI está tan partido como los otros dos que le seguían en importancia: PAN y PRD, realidad que EPN aun no asimila, pues ha entrado en la etapa de la embriaguez del poder y considera, “como aquel”: que “El Estado soy yo”, y por ello, al menos mientras gobierne Peña Nieto, el hampa y en general toda la escoria de nuestra sociedad (incluyendo los de cuello blanco) seguirán medrando en detrimento de toda la sociedad, que buscará soluciones.

Ahí está el verdadero problema, pues en “río revuelto, ganancia de pescadores” y ante la falta de credibilidad del ciudadano común por los partidos, buscará alternativas desesperadas, y posiblemente algunas muy arriesgadas, como cederle el poder a corrientes mesiánicas, a charlatanes profesionales, a saltimbanquis, hábiles maromeros o temerarios equilibristas que van y vienen de partido en partido.

No dudo que Manlio Fabio ya visualizó todo posible escenario, incluso del devenir en otros partidos. Tanto, que no dio muestra de querer dejar el PRI para irse a otro partido, aunque está muy cierto en que todos los partidos, incluyendo el suyo, han demeritado su presencia social y cada vez ceden más espacio para las posibles alianzas, sin importar ya el origen ideológico partidista, en aras de una posible garantía de poder restañar el orden social y económico del país.

Sin duda sabe, que se prevé la tendencia a crear gobiernos de coalición, no como lo hizo el PAN y PRD para el 5 de julio pasado, sino constitu- tivos de un nuevo pacto social que vele por la paz respaldada por el derecho, la justicia libre de la venalidad actual y el respaldo a una ciudadanía que demanda seguridad económica y social.

Beltrones, como muchos otros, no busca una revuelta involutiva, mucho menos que se debilite a la institución presidencial, sería suicida, y aunque parezca muy aventurado, me atrevo a pensar que Manlio Fabio, ya presentía el lóbrego resultado de las elecciones del pasado 5 de julio, dejando correr acontecimientos que habrían (como lo fue) de estremecer al propio Presidente de la República.

Es tiempo, en el que un breve retiro a la mesurada reflexión, ayude a la determinación para dar un golpe de timón y hacer cambio de barajas. El Presidente sabe, y así lo ha manifestado en diversos foros del mundo, que nuestro país no debe ser rehén de anarquistas ni terroristas, palabras, cuyos hechos contraviene su secretario de Gober- nación que pacta con la delincuencia organizada. Mientras al pueblo se le “entretiene” con historietas pseudo románticas y plañideras. Pero, ¿Usted cree que la mafia puede estar mejor organizada que nuestras fuerzas de seguridad?; ¿Cree que esa recua que paraliza la economía de cientos de miles de familias y que provoca caos, es preeminente ante el resto de la Nación? Yo creo que no.

Podemos colegir que hay intereses creados, pero inmediatamente podemos plantearnos: ¿A qué bestia se le puede ocurrir que exista un fin que justifique estos “medios”, de tolerar la anarquía?

Y para concluir mi abstracción política, considero obvia, evidente, la incapacidad de Osorio Chong, sobre todo si la comparamos con otro de los “hombres del Presidente”, el secretario de Hacienda, doctor Luis Videgaray de quien podemos colegir que rinde buenas cuentas, en lo económico y en lo político, precisamente por su discrecionalidad.

Es obligado pensar que Manlio Fabio Beltrones crea un organismo satélite de su partido, pues no confía en “todos los hombres del Presidente”.

Habrá que estar atentos a la siguiente movida, que seguramente no vendrá de ese equipo de EPN sino tal vez del “espíritu” del Grupo Atlacomulco.

 
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